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lunes, 25 de marzo de 2013

El Idilio



Esta madrugada estallaría un sin fin de emociones,
emociones que tan solo yo las viví, cuando la tuve cerca a mi lado,
emociones repentinas y a la vez pasajeras... Pero hermosas,
emociones verdaderas bajo el cielo infinito.

Como no saber que en ese entonces yo la amaba,
pensar que poco me importaría perderla
hasta que un día la arrancaron de mi lado.

Fue tan profundo el dolor que nunca halle refugio,
tan profundo como el mar inmenso.

Esta madrugada estallaría un sinfín de emociones,
recuerdos que a esta hora, entre el frio de la noche
 y la llegada del amanecer, invade en mis pensamientos.

Horas en las que mis penas afloran y afligen mi alma,
madrugadas infinitas donde más de una vez lloré porque la quería.

Lloré, porque no la tendría más a mi lado,
lloré, por los recuerdos y emociones que con ella yo viví
y que en esta madrugada, la recuerdo como si fuera ayer.
Con la penumbra de este instante.

Esta madrugada avasalladora me hace sucumbir
una vez más en mis penas y hace brotar de mi, lágrimas.

Porque tal vez no la olvide, porque tal vez ella sigue aquí presente.
Los recuerdos, solo me queda eso,
recuerdos, porque sé que está feliz con él.

Esta madrugada estallaría un sinfín de emociones,
cada palabra suya era una historia, cada historia formaba parte de mí,
cada parte de mi  era suyo y lo suyo, nunca lo fue.

Estas serán las últimas madrugadas que lucho conmigo mismo,
las últimas que aflijan mi alma y estas emociones,
serán solo recuerdos. Recuerdos, que ya debo olvidar.


Mi Dama de Negro

Tu silueta se va alejando en la densa oscuridad,
un último adiós, una mirada y mil preguntas,
cero respuestas que quedan en el destello de tu mirada.
Eres  impredecible.

Tu silueta se confunde con la oscuridad,
el destello de tus ojos va desapareciendo como una estrella fugaz,
un suspiro, un adiós, no sé cuantas lágrimas.

Extraño tu mirada de niña sin malicia…
Tu mirada penetrante y profunda capaz de desnudar cualquier alma,
extraño el brillo de tus ojos que hasta ahora me cautivan,
extraño tus labios color carmesí, dulce caramelo, afrodisíaco existir.
                                                                                                         
Mi dama de la oscuridad, tan fría y alegre a la vez,
tan bella a quien sin reproches quisiera volver a amar.